Antes que nada hay que decir que aunque el fabricante califica el tamaño de la guitarra como concert, en realidad es algo más pequeña. Digamos que está entre una parlor y una concert. La calidad de fabricación es verdaderamente buena y no sólo para su precio. Está, sencillamente, bien fabricada, buenos acabados, sin defectos o irregularidades. La guitarra presenta algunas características que la hacen especial, como el fondo arqueado para aumentar su sonoridad, los afinadores vintage de maquinaria abierta que hacen un buen trabajo mantienendo afinada la guitarra, el acabado de poliuretano satinado o la electrificación con una pastilla magnética D'armond, que da un extraordinario sonido en cualquier amplificador, mucho mejor que buena parte de los habituales piezoeléctricos y sin tener que cambiar pilas. En mi caso la utilizó con un amplificador de guitarra eléctrica DV Mark Little Jazz y con un pedal de reverb Strymon Big Sky y el resultado es espectacular. No lo cambio por un LR Baggs. La escala corta de la guitarra hace que sea muy cómoda de tocar. Yo hice bajar un poco la acción; para mi gusto, estaba un poco alta. El sonido acústico puro, está muy equilibrado. Por supuesto, no tiene sentido compararla con una dreadnought o una jumbo, porque éste es un animal de distinto pelaje, que ofrece un sonido de gran calidad, contenido, muy articulado y cálido, que invita a tocar y componer en la intimidad de tu casa, sin los excesos sonoros de tamaños más grandes. Por supuesto que conectada a un buen amplificador puede hacerse oír en cualquier escenario. Así que, según cual sea tu concepción de la guitarra y el uso que pretendas darle, ésta puede ser perfectamente tu única guitarra acústica, perfecta para tocar con los dedos, un blues o una bossa nova o para interpretar cualquier canción de música folk con un rasgueo ligero.